Quién me lo iba a decir!
5 vuelos en un fin de semana. Todo hay que decir que son vuelos de descenso de 300 metros de desnivel y radioteledirigidos, pero son vuelos oyes! Ese mochilón es el parapente y la silla-arnés.
El primer vuelo no lo acabas de disfrutar hasta que no pisas suelo, es pura tensión. Estás en un entorno al que no pertences como especie inmunda humana y claro muy cómodo no te siéntes. Al segundo vuelo le vas pillando el gustillo y sobre todo la sensación de cuando tocas tierra después del vuelo es flipante. El mejor vuelo de los cinco fué el último porqué pude disfrutar del vuelo y del aterrizaje.
El colega de arriba es Paco hijo, uno de los monitores-profesores-ángeles de la guarda o como quieran llamarlos...el puto amo del aire, un crack vaya. Dice la leyenda que nació durante el viaje en parapente de Córdoba a Aviá...y qué ya echó a volar.
Unas filigranas de Paco. Pasada el vuelo rasante a medio metro!
Video el rostro del miedo
Ruco aterrizando por primera vez
Mi segundo aterrizaje
Casi diana
Aterrizaje perfecto! By Ruco
Etiquetas: Parapente
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